Para nadie es sorpresa que el vino tiene una larga trayectoria en el mundo de la gastronomía. Por siglos ha despertado la atención de la gente, y se ha convertido en el mejor aliado de un festín.
En su historia hay un capítulo especial para el vino francés, considerado uno de las mejores bebidas en el mundo, y calificado como Patrimonio Cultural del país galo.
Para poner en contexto actual al vino francés, es necesario dejar en este post algunos datos relevantes.
En 2017, una investigación europea reveló a Francia como el primer productor de vino en valor y el segundo en volumen. Además, en ese mismo año, fue considerado como el primer productor de vino rosé en el mundo, gracias a su fino aroma e incomparable textura.
Por si fuera poco, en Francia existe al menos 558 mil personas trabajando en el sector vitivinícola, una cifra que pone en evidencia el compromiso de muchos empresarios, agricultores, enólogos y demás, por producir un producto de buena calidad para el país y el mundo.
El campo de la economía también es próspero para esta bebida. Francia produce el 16% de vino que hay en el mundo, una estadística que hace que los amantes de esta bebida e involucrados en su venta miren con buenos ojos a las bodegas y los campos de cultivo que existen en todas las regiones francesas.
Protección legal de los vinos de Francia.
Algo que identifica la buena calidad de un vino francés es su lugar de procedencia. Eso se traduce en dos materias: la DOP (denominación de origen de origen protegida) y la AOC (denominación de origen controlada), clave para identificar en dónde nace el vino y cómo diferencia su calidad uno de otro.
Francia cuenta con trece importantes zonas productoras de vino. Entre ellas destacan:
Burdeos: Antiquísima (productora desde el primer siglo de nuestra era), tiene en su haber la creación de los mejores vinos en el mundo. Famosa por producir vino tinto de gran prestigio, con una capacidad especial para mejorar con el paso del tiempo. Los vinos que crecen en esta región pueden tener un añejo de 15 años o incluso más.
Provenza: O Provence en francés, esta región es dueña de una vasta producción de blancos y rosados. Aquí, dos de cada tres botellas es vino rosado. Las cepas más populares por este territorio son sin duda la garnacha, syrah, entre otros.
Languedoc – Rosellón: Famoso por sus vinos florales, es considerada la segunda zona francesa con Denominación, si hablamos de la superficie del lugar.
Podemos relatar mucho más de uno de los valores más especiales que nos regala Francia. Por ejemplo, para muchos expertos, un buen vino francés se identifica por el territorio donde nació, mas no necesariamente por la cepa.
Hay más cosas que expresar acerca de esta ‘bebida celestial’, que te contaré en un siguiente post.